‘El món ens mira’, pero no se emociona
Los medios internacionales recogen la inhabilitación de Torra, pero el interés por la cuestión catalana mengua. El Frankfurter Allgemeine Zeitung habla de “guerra fratricida” en el independentismo.

¿Sigue mirando el mundo a Cataluña como lo hacía en 2017? Cada vez que se produce una noticia de alto impacto político en Barcelona, los responsables de los principales medios de comunicación –que por costumbre ven las secciones de política internacional más o menos como los comensales contemplan las blandas patatas fritas que acompañan un plato combinado– encargan a alguien que haga un repaso de lo que dicen las principales cabeceras internacionales, encargo al que el redactor de turno se aplica generalmente con el mismo entusiasmo con el que uno pasa la aspiradora un domingo. En la revista de prensa que El Nacional hizo el pasado lunes (“Eco internacional del intento de rehabilitar a Torra: vuelve el conflicto”) se incluía por ejemplo un diario malasio, The Sun, y otro de los Emiratos Árabes, Gulf Today, como muestra de la repercusión de la decisión del Tribunal Supremo. Honestamente, ya va siendo hora de poner fin a estos espejismos de ciertos digitales catalanes y ver las cosas como son, por poco agradables que sean. Por empezar por lo obvio, tanto The Sun como Gulf Today reproducían exactamente la misma nota de prensa de la Agencia France Press (AFP). Su publicación puede que ni siquiera se deba a un interés real de los editores, sino a una respuesta automatizada –quizá el lector no lo sepa, pero algunos medios digitales cuentan con ese tipo de software– o a la intención de inflar el volumen de publicación para atraer visitas y con ellas poder aumentar el precio de los espacios publicitarios a los anunciantes.
Cierto: la noticia de la inhabilitación de Torra había de “competir” ese día con la evolución de la curva de contagios de la COVID-19 en Madrid (y en otras capitales europeas), los enfrentamientos en Nagorno Karabaj y el scoop de The New York Times sobre la declaración de impuestos de Donald Trump. Con todo y con eso, se hace difícil negar que el interés internacional por la cuestión catalana ha decaído y que los medios extranjeros despacharon la inhabilitación de Torra, por la extensión y el espacio dedicado por la mayoría de ellos, con cierta frialdad profesional. Tanto la nota de la agencia Reuters como el artículo de la BBC recogían las reacciones de Jordi Turull y Carles Puigdemont en Twitter tras una breve descripción del caso. Cobertura más o menos estándar también en The Guardian, Russia Today, Le Monde, Le Figaro o Euronews. El corresponsal de The New York Times, Raphael Minder, iba un poco más lejos al aventurar que la decisión del Supremo podría “reavivar la conflictividad” en Cataluña. “Revés al independentismo”, titulaba el argentino Clarín, cuya corresponsal, Marina Artusa, recuperaba una entrevista realizada a Torra en julio de 2019 en la que ambos hablaban de la posibilidad de inhabilitación.
En este panorama despuntó el completo análisis del corresponsal del Frankfurter Allgemeine Zeitung, Hans-Christian Rössler, quien, después de hacerse eco, como el resto, del adelanto electoral, hablaba de la “guerra fratricida en el campo separatista entre el JxCat de Torra y Puigdemont, por una parte, y ERC, por la otra”. “Aunque Torra dio en enero por fracasada su coalición con ERC, se negó a convocar elecciones anticipadas; con ello quería evitar que la moderada ERC sedujese a más votantes y terminase con su ventaja en las encuestas”, añadía Rössler. El corresponsal de este periódico alemán pronosticaba que la campaña electoral llevará a un “nuevo endurecimiento de las posiciones políticas y, con ello, podría tener también consecuencias para toda España, pues la coalición de izquierdas del primer ministro socialista, Pedro Sánchez, no dispone de ninguna mayoría en el parlamento” y “para su reelección Sánchez hubo de depender del apoyo de la separatista ERC.” Madrid, continuaba Rössler, “espera aprobar los nuevos presupuestos con el apoyo de ERC”, cuentas que “necesita para poder gestionar las consecuencias de la pandemia”. Además, “Sánchez precisa de cada voto para adoptar otras medidas contra el coronavirus y, posiblemente, un nuevo estado de alarma”. Una campaña, para Rössler, que “dificultará a ERC poder mostrarse cooperativa con el gobierno central” ya que “JxCat persigue un curso de confrontación y quiere elevar la presión política.”
Análisis como el de Rössler son más la excepción que la norma. El interés por la cuestión catalana, tal y como está planteada (y conviene recalcar este punto), parece ocupar más a los medios de comunicación catalanes que a los extranjeros, y uno se siente tentado de decir que a muchos catalanes. El mundo nos ha mirado por un instante y después ha pasado página.
El Plan B y la larga marcha
“¿Qué puede suceder si a usted lo inhabilitan?”, preguntó la corresponsal de Clarín a Quim Torra en una entrevista realizada en julio de 2019 en el Palau de la Generalitat. “Como creo que tengo la razón no creo que me vayan a inhabilitar”, fue la respuesta de Torra. “¿Pero tiene un plan B?”, insistió Clarín. “Esto va a llevar varios meses”, contestó el presidente catalán. “Más que el procés deberíamos llamarlo la larga marcha”, bromeó en su día el exregidor de la CUP en Barcelona Josep Garganté.
Publicado en El Quinze, 2 de octubre de 2020.