Nazario: “Espero que algún día se reconozca a la contracultura de los setenta la importancia que tuvo”

Àngel Ferrero
19 min readNov 5, 2021

Hablamos con el artista de contracultura, de cultura gay y de la evolución de la ciudad Barcelona. No hablamos de la serie de televisión sobre Anarcoma (la cláusula de confidencialidad nos lo impide).

© heterikradikal 2021

Pocas presentaciones necesita a estas alturas Nazario (Sevilla, 1944), incluso para quien sólo esté remotamente familiarizado con el cómic underground y la contracultura de los setenta. Nazario vuelve a ser noticia estos días por partida doble: en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAC) de Sevilla hay en marcha una retrospectiva sobre su obra y en Barcelona es uno de los protagonistas de una exposición en el Palau Robert sobre la contracultura en Catalunya.

Àngel Ferrero: Actualmente hay una retrospectiva sobre tu obra en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAC) de Sevilla y en la exposición en el Palau Robert de Barcelona, ‘L’underground i la contracultura a la Catalunya dels 70: un reconeixement’, figuras en un lugar destacado. ¿Te consideras un referente?

Yo no me considero un referente, me consideran un referente. La época de los setenta en Barcelona tuvieron una importancia que no se le ha reconocido. Espero que algún día se le reconozca. La exposición del Palau Robert es una especie de aperitivo, donde estoy como parte de una coral o un colectivo. La exposición de Sevilla es una retrospectiva, tengo un espacio enorme para mi obra, tanto de cómic como de pintura o fotografía, que es lo que estoy haciendo desde hace unos 15 años. Fotografías de la Plaza Real, fotografías de mis novios en la cama, fotos de espectáculos, de acontecimientos, de fiestas, de correfocs en la plaza… En otra sala hay más de 50 fotografías de desnudos de novios, amigos… La exposición del Palau Robert está muy bien porque es casi una exposición salida de la nada y el espacio es minúsculo. Le han sacado un partido enorme al espacio, con mucho éxito, porque la gente tiene curiosidad por ver esto de los setenta, ver qué es.

Heretik radikal: ¿Pero es más bien una introducción, no? Va tocando temas, pero sin profundizar. Hay imágenes que ni siquiera tienen pie de foto…

No puede profundizar. Se entretiene demasiado en Ajoblanco, se entretiene demasiado en el Star. Cuando llega al final, con la exposición de Mariscal o la exposición de Ocaña, con cuatro fotos lo resuelven todo en la última sala. Pero han tenido que trabajar con lo que tenían, que no era mucho.

Àngel Ferrero: ¿Por qué dejaste el cómic?

En un momento me puse a dibujar y noté que la vista que tenía, fantástica, que la comunicación entre el pincel, la plumilla y el papel, que era la misma cosa, era una especie de barrera. Tengo una especie de glaucoma, que me trato, una catarata en el ojo derecho que es complicada de operar porque tengo la retina envejecida… Todo esto hace que escribir en la pantalla del ordenador o hacer fotos sea más fácil. La precisión que tenía para dibujar… Si no era con esta precisión no me apetece hacer nada.

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Àngel Ferrero: Hemos leído en una entrevista a Shangay que hay un proyecto en marcha para hacer una serie de televisión sobre Anarcoma. No sé si tienes alguna cláusula de confidencialidad, pero nos interesó mucho…

… medio hay una cláusula de confidencialidad. Pienso que a raíz de La veneno, como tuvo tanto éxito, alguien se dijo que esto de Anarcoma podría estar bien.

Roger Peláez: ¿Te gustó la serie de La veneno?

No la he visto.

Roger Peláez: Pues dicen que es muy buena…

Soy más de cine clásico. Ophüls, Franju, Lubitsch, Stroheim, Pabst. Con los libros me pasa igual. Ahora estoy volviendo a leer a Söderberg. Me dedico sobre todo a releer cosas. Si leíste Los hermanos Karamazov o El idiota con 18, 20 ó 22 años, leerlos con 70 no es lo mismo. Hay libros que con los años son muy diferentes. Tu capacidad de ver la literatura, de andar en el estilo, los personajes, ha ganado mucho más. A veces lo hago un poco como despedida. Cuando llegas a una edad determinada piensas: “Voy a leer En busca del tiempo perdido por última vez”. Libros de Conrad, Dostoyevski, Stevenson, Maupassant, que es una maravilla.

Àngel Ferrero: Vives en la Plaza Real, uno de los lugares más céntricos de toda Barcelona. ¿Cómo has visto desde aquí todos los cambios que han ido ocurriendo en la ciudad desde los setenta, después de las Olimpíadas, después del Forum? Para llegar hasta aquí casi hemos tenido que abrirnos paso a codazos entre los turistas.

Pasa en todos lados. Para la inauguración de la exposición en Sevilla me invitaron a alojarme en un hotel que está justo al lado de la Catedral, que es un sitio insoportable. Les dije que no quería ese hotel. El hotel tiene terraza, piscina, se ve la Giralda… Esto a mí no me llama la atención, a los turistas sí. Sales a la calle y todo son restaurantes para turistas. La verdad es que estaba incómodo. Lo mismo pasa si vas a Córdoba o a cualquier otra ciudad. Los centros han perdido carácter. Todo son tiendas de souvenirs. Tienes que huir un poco de lo que es el centro. Yo de aquí no huyo porque, como entenderás, llevo 40 años construyendo esta especie de…

Roger Peláez: ¿Refugio?

… ¿nicho? Bueno, nicho no… Cementerio tampoco porque además tengo donado el cuerpo a la ciencia.

Roger Peláez: Pero a algunos ya no los quieren…

Alejandro y yo lo decidimos un día. “¿Por qué no donamos el cuerpo a la ciencia?” “Ah, pues mira, qué bien, que buena idea”. Fantástico. Se murió, vinieron de madrugada, el médico certificó la defunción, llamé a los que vinieron a recoger el cadáver, se lo llevaron, lo metieron en el congelador y por ahí andará.

Roger Peláez: ¿No te da un poco de apuro no tener un espacio de recuerdo?

Todo son recuerdos. Alejandro está presente ahí, en las fotografías, en el bar Ocaña, en todos los sitios. Yo no necesito una lápida. Además, soy totalmente enemigo de los ritos funerarios. No me ponen.

Roger Peláez: Bueno, en Anarcoma hay un entierro…

Bueno, pero mira cómo es el entierro. Me parece que le daban 50 euros a cada chulo que iba al funeral.

Àngel Ferrero: Además de la ciudad, también ha cambiado mucho la situación política…

Partidario de Yolanda Díaz, por supuesto.

Àngel Ferrero: … tenemos a un partido de ultraderecha como tercera fuerza y un aumento de agresiones homófobas, algo que no pasaba por lo que parece desde hacía años.

Pero eso de la homofobia… En el fondo el problema es mucho mayor. Donde ven una grieta para meter cizaña, se meten. Y eso estando en minoría. Si se meten con el PP a gobernar, porque hoy Ciudadanos no cuenta…

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Àngel Ferrero: Algo que he hablado en alguna ocasión con heretik radikal es cómo la cultura gay ha pasado de ser contracultura a estar más o menos normalizada, pero también se ha convertido en un nicho de mercado. ¿Qué opinas del llamado ‘capitalismo rosa’?

Bueno, los homosexuales, muchos de nosotros al menos, tenemos un poder adquisitivo que ya lo querrían para sí muchos, pero vamos, que no tiene comparación con el poder adquisitivo que pueden tener los heterosexuales… Que nosotros tengamos un poder adquisitivo, que formamos un lobby… todo eso es exagerado, casi es la forma de pensar de los antisemitas, como si fuéramos una elite. Lo que pasa es que está saliendo a la luz gente que antes estaba en el armario. Muchos jugadores de fútbol todavía no se atreven.

Àngel Ferrero: Yo diría que casi ninguno.

Pues eso. O cualquier tipo de deportista o personaje público… Los políticos igual sí porque piensan que vende. Todos quieren sacar un poco de tajada. Como lo del Premio Planeta y Carmen Mola. Mucha gente piensa que se han puesto el pseudónimo de mujer porque realmente es un atractivo comercial hoy en día. Debería ser algo totalmente normal. También no por ser homosexual vas a ser mejor. Hay muchos homosexuales que son fachas, que son de Vox.

Àngel Ferrero: Seguramente.

Seguramente no, que lo son. Yo hubo un tiempo en que consideraba ser homosexual revolucionario. Y no. Ser homosexual, descaradamente, y hacer una apología de la homosexualidad, o no una apología, sino una afirmación: puedo tener tantos derechos como pueda tener cualquier independientemente de lo que yo haga en la cama, porque en la cama toda la gente no funcionamos igual. Vete a saber lo que haces tú en la cama, siendo heterosexual, u otro homosexual. Las relaciones sexuales tienen tal variedad que dividirlo en homosexual y heterosexual ya casi me parece aberrante. Yo los dividiría más bien en sexuales y asexuales: personas interesadas en el sexo, ya sean heterosexuales, homosexuales o como quieras llamarlo, y asexuadas, gente que están medio castradas, bien mentalmente, bien por su condicionamiento religioso, social. Esto sí que es una verdadera división formal del sexo. Pero la otra me parece equivocada.

Àngel Ferrero: ¿Por qué crees que votan a Vox?

Deben tener sus razones. Ellos se deben preguntar por qué voto a Podemos, o otra gente vota socialista o independentista. Vox apoya la religiosidad, los toros, la cacería, la tradición… Y hay muchos homosexuales que son tradicionalistas, a los que les gustan las procesiones, las vírgenes, los santos, los ritos. Ahí es donde está ese nexo de unión entre algunos tipos de homosexuales y la derecha o Vox.

Roger Peláez: En tu obra has intentado hacer tuya cierta imaginería para tergiversarla…

… jugar con el anacronismo, con la ironía. Tuve una educación religiosa, fui a un colegio de Salesianos, mi madre era muy religiosa. Lo explico en el último libro de mi autobiografía. Mi infancia, hasta que tuve 20 años, yo sufrí mucho por esta educación sexual siendo homosexual. Es normal que en mi obra saliera una lucha contra todo esto que me había hecho desgraciado. Todas estas confesiones, propósitos de enmienda, arrepentimientos. Todo eso me creó un trauma en mi infancia y en mi adolescencia. Por eso inventé a un San Reprimonio que prefiere cortarse la polla antes que caer en la tentación de follar con un hombre, personajes de este tipo.

Yo empecé luchando por la liberación de la mujer hasta que me di cuenta que tenía que luchar por la liberación del homosexual porque yo lo era y conocía mucho más todos los detalles y todos los problemas de los homosexuales. En mis primeras obras, sería esta etapa de luchar contra todo lo que me habían intentado inculcar y liberarme de todos estos traumas. Más adelante consideré que ya estaba bien de llorar por lo que me habían hecho sufrir y lo que había que hacer realmente era celebrar que era homosexual y retratar la homosexualidad como algo totalmente normal y hacer de las historias de homosexuales las mismas que los heterosexuales. Que sea lo mismo un hombre, una mujer o un transexual como personajes, como intenté hacer con Anarcoma.

Sí que he usado la religión en algún libro. Tengo una historieta, que es ‘Vírgenes y mártires’, que es un poco el martirologio. Una santa, que el emperador romano quiere hacerla abjurar de la religión, ella se niega, la hacen sufrir cantidad de torturas, en 10 ó 12 páginas de sadomasoquismo, le cortan de todo, al final le cortan la cabeza, y ella, feliz, sube su alma a abrazar a un Jesucristo apolíneo, con pelo en el pecho y macizo.

Àngel Ferrero: Estos años se ha hablado mucho de la Ley Trans. En Anarcoma te adelantaste al hacer del protagonista un transexual.

Lo considero un acierto. Ten en cuenta que esto era al final de los setenta.

Àngel Ferrero: Por eso…

Comencé a publicar las historias de Anarcoma en una revista que se llamaba Rambla, que era una de aquellas revistas de la época de destape. Publicaba dos páginas en blanco y negro de las primeras historias de Anarcoma. Fue un acierto. Quería hacer una historia con continuidad. Lo disfruté mucho. Yo participaba, y me dibujo, yo y Ocaña, junto con Anarcoma. Me gusta mucho este juego de meter a los personajes dentro de mi vida. La seguí con cariño. La tercera parte la tenía terminada, se resolvían las tramas y todo esto. Pero me cansé de la historia. Un día descubro que tengo el guion. Lo pasé a texto y me lo publicó Laertes. Tiene un poco el problema que es un libro sobre cómic, pero es un libro, en las librerías no saben si colocarlo en un apartado o en el otro.

Roger Peláez: ¿Se acaban ahí?

No muere, pero encuentra la máquina. XM2, siendo un robot supermacho, se convierte en una loca que quiere ser mujer, ser transexual, se va a Casablanca, se opera, y en Casablanca conoce a un irlandés –porque tenía que ser un irlandés– que también quiere operarse para ser monja en el Palmar de Troya. Convence a XM2 para que también se haga monja y Anarcoma va a visitarlo cuando hacen la toma de hábitos.

Roger Peláez: En la serie documental que han hecho sobre el Palmar de Troya sale precisamente un irlandés. ¿La has visto?

Me parece que sí. Es muy propio porque los irlandeses son la droga dura del catolicismo.

Àngel Ferrero: Del Palmar de Troya Roger quedó sorprendido por lo que explicabas en esa entrevista a Shangay, que tuviste sexo con el Papa Gregorio XVI. No todo el mundo puede decir que ha tenido sexo con un Papa.

Esto es verdad. (Ríe). Aunque cuando estaba follando con él no era Papa. Más mérito todavía. (Ríe)

Heretik radikal: Más que avanzarte, muchas historias iban acompañando a tu vida, ¿no crees?

Iba arrojando luz sobre algo que estaba oculto e iba moviéndose, como una minoría. Me hace muy feliz que me venga gente, homosexuales, en el armario, que estaban viviendo en Salamanca, Soria o Lograño, que recibían El Víbora, y que cuando veían esas historias abiertas de homosexuales, se venían arriba y se armaban de valor, les servía bastante para reafirmarse.

© heretikradikal 2021

Heretik radikal: ¿Y a ti te servían para reafirmarte? ¿O simplemente disfrutabas con el ejercicio de dibujar?

Yo disfrutaba con todo. Dibujando cómics de este tipo. Yo era el único homosexual en El Rollo. Tenía como dos grupos: el de los dibujantes, en la Comuna de la calle Comercio, y la casa de Ocaña, donde se reunían todos los maricones, el café de la Ópera, salir con Ocaña disfrazados por las Ramblas… Yo no me ocultaba en absoluto. Ni siquiera cuando iba al colegio, iba con las uñas pintadas y unos tacones así de grandes, y los chavales al principio se quedaban un poco así, pero luego… Hasta me invitaban los padres.

Heretik radikal: Porque estuviste colaborando ilustrando octavillas.

Sí, me vino un día cuando vivía en Ciudad Meridiana, donde vivía con otro maestro, un cura obrero de la época, porque algún niño le habría comentado que el maestro dibujaba, además de llevar melena y tal, pues dibuja muy bien porque en la pizarra dibuja cosas. Así que le dibujé unos panfletos. Aquellos, encantados. La primera obra que me editaron fue un panfleto metiéndome con Porcioles.

Roger Peláez: ¿Cuántos años estuviste de maestro?

Trabajé 15 años de maestro. Aquí uno. Me vine para probar qué tal. Pedí 10 años de excedencia y todavía dura.

Roger Peláez: ¡Todavía puedes volver! (Ríe)

Catorce años estuve dando clases de alfabetización a adultos. Dos clases: de cuatro a seis y de seis a ocho. Estuve por los pueblos: Morón de la Frontera, Nebrija, Sevilla, donde aproveché para estudiar Filosofía… Me pusieron de maestro de niños, me puse a dibujar y cuando tenía una carpeta con dibujos es cuando me planteé venir aquí, solicité el traslado a Barcelona, adonde me mandaran, porque no conocía nada de Barcelona, sólo la Sagrada Família. Sólo he ido esa vez, nunca he vuelto a ir. No me interesa para nada la Sagrada Família. El Parque Güell es más bonito.

Heretik radikal: Esos dibujos que trajiste en la carpeta, ¿qué recepción tuvieron aquí? ¿O tuvieron una mayor recepción fuera?

Fuera me publicaron un dibujo en una revista inglesa. Estuve en Inglaterra porque mi novio estaba en Glasgow estudiando, haciendo una tesis sobre Vargas Llosa. Me fui a Glasgow pero estuvimos en Londres, donde me detuvieron por maricón, fíjate. Aquí en España no me detienen y me voy a Londres y me detienen. Estaba en Piccadilly, en los baños, me detuvieron y me consideraron de mala catadura, con mis pelos, mi barba de aquella época, había comprado una serie de libros y de ropa usada por Camden o por ahí… Y bueno, me cogieron. Era un váter enorme y eran cuatro personas en los cincuenta huecos para mear. Me vino un tío que estaba escondido detrás de una cristalera, que tú no lo veías, pero él te veía a ti. Me llevó ahí. “Anda, qué cabrón”. Me llevaron a la comisaría y después me soltaron, parece ser porque en televisión había una movida contra los homosexuales y había redadas en los váteres públicos y se veía a homosexuales arrastrándose, por los suelos, porque se resistían a ser detenidos. La condena era una multa de 10 libras si reconocías tu “delito”, de escándalo público o cualquier cosa de éstas. Yo tenía un traductor porque de inglés no sabía casi nada. Y si te negabas podías tener problemas. Eran los primeros años del Gay Liberation Front. Aquí había gente preparándose en el anonimato para los setenta, cuando comenzaron las manifestaciones, Lambda, el Front d’Alliberament Gai de Catalunya…

Heratik radikal: ¿Tu relación con el activismo siempre ha sido paralela, no? Hacer la guerra por tu cuenta.

Hacer la guerra por mi cuenta, siempre. Hombre, tenía amigos que militaban. Yo soy de izquierdas, de siempre, pero nunca se me ha ocurrido militar en un partido. No lo he hecho nunca. Ni yo ni Ocaña. Hacíamos la guerra por nuestra cuenta. Yo no negaba mi homosexualidad en cualquier acto, entrevista o en mis dibujos. Me parecía que era una forma de militancia vivir abiertamente como homosexual en todas mis relaciones públicas y cotidianidad.

Roger Peláez: ¿Conoces a Ralf König? ¿Conoce él tu obra?

Ni idea. Yo sí conozco la suya. Si nos hubiéramos encontrado, él hablando alemán y yo español, bien poco tendríamos que contarnos. Tampoco hubiéramos tenido mucho contacto Tom de Finlandia y yo de haber estado por aquí porque su historia, teniendo bastantes puntos en común, es muy diferente a la mía. De los dibujantes estadounidenses, todos eran heterosexuales a ultranza, empezando por Crumb, Shelton… Había homosexuales que hacían dibujos pero no llegaron a ser tan conocidos o famosos.

Àngel Ferrero: ¿E influencia de Tom de Finlandia?

Tom de Finlandia es un caso aparte porque no hacía cómics. Él dibujaba unos tíos fantásticos, unas pollas increíbles, yo tengo influencia suya, yo dibujaba mis pollas increíbles…

Àngel Ferrero: ¿Pero cómo te llegó el material?

Jordi, que abrió el primer sex shop, en la Barceloneta, me pasó un libro que tenía, que para que no lo viera la madre, era fotocopiado en aquella época y con las cubiertas de un bloc que decía ‘Lecturas piadosas’. Yo tampoco estaba mucho por Tom de Finlandia, estaba más por el cómic underground. Mi primera visita a Ámsterdam y a Londres era sobre todo buscando más revistas norteamericanas que revistas de hombres desnudos, que, lo mismo que las películas de sexo, nunca me han interesado demasiado.

Revista de la portada ‘Rock Comix’, luego utilizada para la portada de ‘Take No Prisoners’

Àngel Ferrero: Y a partir de un momento pasa lo contrario: eres tú quién cruza fronteras. Te lo habrán preguntado muchas veces, ¿cómo llegaste a la portada de Lou Reed?

Dirás cómo llegó él. (Ríe)

Àngel Ferrero: Bueno, me refiero a eso.

Roger Peláez: ¿Pero te saliste con la tuya, no?

Para nada, porque no cambiaron la portada. En el CD sigue sin aparecer mi nombre. Me dieron cuatro millones de pesetas en un acuerdo, que me repartí a medias con el abogado, que luego me compró un cuadro por un millón de pesetas.

Yo había hecho un dibujo para una portada y contraportada de la revista Rock Comix y parece ser que alguien fue a Londres para una actuación de Lou Reed y cuando terminó, fue a hacer una entrevista y le dio el cómic, que estaba dedicado a él y a la Velvet Underground. A Lou Reed le encantó tanto que dijo que igual le interesaba para un single que estaba preparando. Luego nunca más se supo. De repente, aparece Take No Prisoners, un disco doble bastante importante en la carrera de Lou Reed porque era una ruptura, un avance, y tenía mi dibujo en portada y contraportada, calcado. Lo que habían hecho es proyectarlo de la forma que sea, aumentarlo, y borraron el texto. La revista no tenía la calidad para reproducirlo. Me hubiera hecho tremendamente feliz que me hubieran pagado, pero más aún que hubiera constado que era portada la había hecho un dibujante llamado Nazario. Me hubieran dado 100.000 pesetas, que para ellos no era nada, pero yo hubiera sido la reina de Barcelona. (Ríe) Me daban 700 pesetas por una página de cómic…

Cuando sacaron el disco en España lo hicieron con una foto de Lou Reed y no mi dibujo porque sabían que si lo hacían con mi dibujo podíamos meternos con abogados en España, como luego pasó cuando hicieron una reedición en CD y la vendieron con esa portada. Mi abogado compró unos cuantos y presentó una denuncia. Al principio nos condenaron porque decían que yo era el que había copiado a Lou Reed. Los abogados siempre tergiversan la historia de manera que el asesino es la víctima. Lo recurrimos. Presentamos testimonios de amigos que me vieron dibujándolo. Al final reconocieron que la obra era mía y antes de llegar a juicio llegamos a un acuerdo por el que me daban cuatro millones, firmando que renunciaba a todos los derechos y no podía reclamar que pusieran mi nombre. El abogado me dijo que más vale pájaro en mano, que normalmente no se consigue nada porque hay que retirar todos los discos, así que mejor cogemos el dinero y corremos.

Àngel Ferrero: Llevamos una hora, estamos en tu casa, si estás cansado y quieres echarnos, tú mismo… Nosotros encantados de hacerte preguntas.

No, yo no me canso de charlar…

Heretik radikal: También publicaste en la revista Gai Pied.

En Gai Pied publiqué cosas que había publicado en Makoki. Empecé publicando la historia de Alí Babá y los 40 maricones, por capítulos. Publiqué un par de portadas.

Heretik radikal: ¿Y qué tal tu relación con ellos?

Yo enviaba las páginas, las publicaban, me pagaban y nada más… Pues lo mismo, el otro día en el CAP del barrio, al que yo voy, dije: “Coño, están las paredes sosas”. Llenas de cartelitos de prevención y tal y cual. Les regalé unas litografías para que las enmarquen y las pongan. Normalmente, mis obras gráficas no suelo hacerlas con pollas porque como comprenderás no las compra nadie, otra cosa es que haga una obra gráfica con una tirada de 100… Total, las enmarcaron, y se pusieron muy contentos. Y poco antes de Navidades…

Roger Peláez: … las robaron.

No, no, vino mi doctor, y me trajo mil euros, los puso encima de la mesa y se llevó un lote.

Heretik radikal: Tienes obra para vender, entonces.

De obra gráfica, bastante. Y de cómic, también. Pero ya te digo que obra gráfica… El problema es que la obra gráfica, si la vendes a través de intermediarios, si quieres sacar 150 euros de cada una, venderlas a 300 euros es caro, la gente no las compra. Y venderla, meterla en un rulo, llevarla a correos… todo por 150 euros, esto yo no… Todolección, bueno eso tú (mira a Roger Peláez)…

© heretikradikal

Roger Peláez: (Ríe)

A veces pienso que con tanta mariconada como tengo, estoy un poco cansado… me gustaría quitármela de encima, pero no sé cómo.

Àngel Ferrero: Por 150 euros, ¡nos estás tentando para que compremos algo!

(Ríe)

Heretik radikal: Pero este tipo de cosas, archivos de maricones… Desaparecemos y se va todo a la basura. ¿Tú no serías partidario de que hubiera un sitio donde pudiéramos dejar la cosas? ¿Que se cuidaran?

¡Coño, coño! Yo tengo una enciclopedia erótica, de 24 números. La tengo porque yo participaba en ella. Hay un número con 17 páginas dedicadas a mí. Llamo al casal de Conde Borrell. “Mira, tenemos tres, la putada es que de las tres nos falta el número 24”. Entonces, como comprenderás no te voy a dar la 24 y quedarme yo con la colección muerta. ¿Qué hago yo con la colección? Pues nada… Carne de…

Roger Peláez: … carne de contáiner.

¿No hay un Museo de la Erótica?

Àngel Ferrero: ¿Pero no es privado?

Heretik radikal: En Londres hay archivos donde se pueden dejar los archivos de gente que ha trabajado la comunidad y que tienen la delicadeza de conservar estas cosas.

Me invitaron a una reunión de unos maricones que tienen la casa en Poble Sec que habían ido al Ayuntamiento, no sé qué, porque había venido el heredero de Tom de Finlandia y quería dejarla aquí o Sitges, o algo así, tuvimos una reunión, estuvimos hablando… no le interesó a nadie. Luego con las publicaciones he tenido bastante mala suerte. Igual no sé moverme…

Roger Peláez: ¿Tienes el estudio aquí donde pintas?

Ya no pinto. Hago fotos, escribo… Las fotos, menos, porque todo ha ido menos. Las despedidas de soltero… El otro día había uno, vestido con un disfraz de plátano totalmente horroso.

Àngel Ferrero: Yo vivo ahora en Sagrada Família y por allí aún pasan de vez en cuando…

Habrán cogido otra ruta. Aquí antes, aquello del tío arrodillado en el suelo y otra dándole con un látigo, espectáculos de estos… Ahora hay una decadencia de los saltimbanquis. Los de la capoeira no vienen. Unos pedazo de tíos que yo disfrutaba haciéndoles fotos. Éstos no vienen. Los saltimbanquis marroquíes que vienen son de tercera calidad: escuchimizados, pequeñitos… No es aquello de la opulencia que me gustaba retratar. Todo es decadencia.

Àngel Ferrero: Se dice que están yendo a otras capitales europeas.

La mujer de Bohigas y la dueña de ‘Ocaña’, que tiene un piso de 500 metros cuadrados, han luchado contra eso. Yo me mantengo al margen. Después de todas las fotos que les he robado… Yo lo que tengo es un triple cristal para insonorizarme. Pero los que hay son un poco pesados porque la música siempre es la misma. No digo que les prohíban actuar, porque se ganan la vida, que hagan las palmas, que peguen los gritos que pegan, pero los altavoces y esto… La pena es que antes había montones de espectáculos. Antes de la pandemia había un tío que venía, tendía una cuerda entre dos palmeras y hacía funambulismo. Había una tía rusa que venía y bailaba, que era novia de un tío que tiraba los bolos, que tiene el permiso del Ayuntamiento… Hasta la Bárbara, que era una transexual que hacía de Doña Iñés, se vestía de blanco, con una rosa en la mano… se ponía de estatua en Las Ramblas. Había cantidad de estatuas imaginativas… pero hicieron una especie de concurso y han quedado una o dos abajo del Santa Mónica, porque tampoco sacan pasta como para pagarle al Ayuntamiento lo que tienen que pagarle. Cuando me dicen “los setenta”, no mira, son los dos mil y pico, y la pandemia es lo que ha dejado todo descolocado.

Roger Peláez: ¿Lees cómics? ¿O los relees?

Leo a Crumb, pero vaya, el único al que prácticamente releo es Will Eisner.

Roger Peláez: ¡En Anarcoma sale un homenaje a Spirit!

Son historias de cine negro total, el tratamiento… Las tengo en inglés y en español.

Heretik radikal: Por cierto, encontré un anuncio de Anarcoma en una revista gay de Estados Unidos… ¿Mandabas el material?

Hombre, se editó en Estados Unidos… Lo que pasa es que limitaron la venta. Primero lo plastificaron, luego limitaron la venta a los sex shops.

Roger Peláez: Una putada.

Una putada porque la gente no podía leerlo. Además, lo de los sex shops es lo que me decía Jordi: “Aquí vienen los maricones y no leen, revistas porno sí, pero cómic, no”.

Una primera versión de esta entrevista apareció publicada en Diari Públic el 3 de noviembre de 2021.

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